Les falta el calor de hogar. Esa es la comodidad de la que hablo. No me gustan esas casas donde hay que tener cuidado al dar cada paso por lo cargadas que están, ni aquellas que llevan el minimalismo al límite y no tienes ni donde sentarte. Y qué decir de aquellas tan de diseño que no eres capaz de distinguir la silla de la mesa...
Lo mismo me pasa con la ropa de estar en casa. En invierno, siempre estoy con mis mallas (con algún jersey de esos que van camino de entrar en la historia si no lo han hecho ya) y mis zapatillas calentitas. Y en verano saco mis vestiditos sueltos y fresquitos y mis chanclas, eso si no estoy todo el día con bikini y pareo.
Ahora que lo pienso, no me extraña que cuando los vecinos nos vemos fuera de la urbanización no nos reconozcamos... ¡es que vamos vestidos de calle!
4 Comments:
Me encantan las revistas de decoración, me puedo pasar horas mirándolas, además no caducan nunca, al menos las de estilo rústico que son las que me gustan a mí. Pero no me parecen casas sin alma, todo lo contrario, son acogedoras y cálidas. Y me imagino allí con mi familia y todos los juguetes por el suelo jajaja.
Besos
A mi me encantaría tener mi casa de revista de decoración, pero es imposible... ni tengo el presupuesto ni mi familia es tan civilizada, jejeje...
pues yo a mi piso le daba un cambio radical jejejeje.
me gusta mucho... pero más me gustaría otras cosas diferentes :D
lo malo? q tiene 70 m2 y no se le puede dar de sí mucho más :D
besos
Alma
EStoy completamente de acuerdo contigo. Me encantan las casas que las puedes usar, no los museos.
Besos.
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