Mi madre, Lola, llevaba varios días quejándose de dolores en un brazo, pero como tiene artrosis en el hombro, mal la circulación (se hace cardenales con sólo mirarla),... cosillas propias de su edad, nada grave, no nos preocupamos demasiado.
Jueves mañana: Decide ir a su médico de cabecera porque, como compañía de los dolores, amanece con un moretón en el brazo que crece y se va hinchando poco a poco.
Diagnóstico: posible rotura fibrilar. Tiene que hacerse varias pruebas para confirmarlo.
Cuando llega a casa, llama para pedir cita para las pruebas y se la dan dentro de DOS semanas. ¡Manda h...! A saber cómo está la rotura en dos semanas. Y mientras tanto ¿qué? Mientras tanto, analgésicos y reposo. Y paciencia, muuucha paciencia.
A mediodía la hinchazón va a más, el dolor aumenta, le dan calambres y toda la zona está muy morada y caliente.
Llama a casa. Yo no estoy. Luis habla con ella y la tranquiliza, pero cuando yo llego me cuenta lo que pasa y me echo a temblar. Porque yo, hace algún tiempo (algún dia haré una entrada con mi batallita) tuve una trombosis en el brazo... y algunos síntomas me suenan...
Jueves tarde: Mejor asegurarnos. La convencemos para que vaya al hospital, de urgencias. Mi cuñada Elena la acompaña.
Doctora de urgencias novata. Tiempo de espera, entre pitos y flautas, CINCO HORAS. Analítica, radiografía y eco-doppler (a regañadientes, por insistir mi madre y mi cuñada para descartar el posible problema vascular).
Al final de la tarde nos hemos juntado en el hospital seis personas: ellas dos, mis dos hermanos, Luis y yo. Normal. Aunque mi madre tiene sus achaques, lo cierto es que nunca se queja y hay que presionarla, y mucho, para que vaya al médico, así que la preocupación estaba justificada.
Diagnóstico: No queda claro lo que es. Bueno, sí. Nos dicen que "es un cardenal"... Eso lo sabíamos todos desde que lo vimos, no hacía falta ir al hospital, ni esperar cinco horas para que nos lo dijeran. ¿Causa? Ni idea. Podría ser un golpe (mi madre jura que no se ha dado ninguno), una rotura fibrilar,... Vamos, que lo único bueno de la experiencia es que se descarta el daño vascular, que era lo que nos preocupaba más.
Vuelta a casa. Luis y yo nos quedamos a dormir con ella porque está nerviosa, y nosostros también, todo sea dicho.
Viernes mañana: Volvemos al médico de cabecera. Lo ponemos al tanto de nuestra aventura en las urgencias del hospital. Y alucina porque no le han hecho una ecografía de partes blandas, que es la prueba que él le mandó (para la que la citaron dentro de DOS semanas). Por Dios, dice, si es de cajón. Es LA PRUEBA. La necesaria para ver si hay rotura o no... y en urgencias se la tendrían que haber hecho inmediátamente, sin problemas... y no la han hecho...
Así que dice: Lola, te vienes el lunes a primera hora y yo me ocupo personalmente de que te la hagan aquí. Ya veré cómo me las arreglo pero no esperamos dos semanas.
Viernes tarde: Lola se viene al Chaleti. El domingo me voy con ella a Sevilla, dormimos en su casa y el lunes vamos a que le hagan la dichosa prueba.
Por cierto, el médico de cabecera de mi madre es el cuñado de mi cuñada. Al final, si no es por la familia y los buenos amigos, te dan por...