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Hace casi cuarenta años, mi familia compró un piso en Marbella. Y desde entonces, ése ha sido nuestro lugar de vacaciones. El veraneo en familia, siempre en familia.
Por aquellos tiempos éramos nueve: mis abuelos, Pepa y Mariano, mis tíos, Antonio (el Titi) y Beli, mis padres (Lola y Benjamín), mis dos hermanos (Mariano y Juan Antonio) y yo.
Por aquellos tiempos éramos nueve: mis abuelos, Pepa y Mariano, mis tíos, Antonio (el Titi) y Beli, mis padres (Lola y Benjamín), mis dos hermanos (Mariano y Juan Antonio) y yo.
Los primeros años nuestro verano discurría entre la playa, la comida en el chiringuito (mis abuelos y tíos tenían un restaurante en el pueblo y no querían ni hablar de cocinar en vacaciones), paseo por las tardes (ese casco antiguo, esa Plaza de los Naranjos, esa Alameda, ese paseo marítimo de antes,...), cena, heladito en la Valenciana y a casa.
Si en vez de salir, nos quedábamos en casa, partidita de parchís por las tardes y, más adelante, de chinchón (a peseta el punto, que si no, no tiene gracia). Por cierto, ahora recuerdo que el parchís se acabó porque siempre acabábamos peleados, je, je,...
En definitiva, vacaciones de descanso, tranquilidad, y buenas amistades "de sombrilla".
Al ir haciéndonos mayores aparecieron algunos, y por otra parte lógicos, problemillas generacionales. Nosotros, que queríamos salir con los amigos, mi madre, que no se dormía hasta que llegábamos, mi abuela, a la que siempre le parecía demasiado tarde,... Como soy la mayor, me tocó ir abriendo camino (es éste, como en tantos otros temas...).
Si en vez de salir, nos quedábamos en casa, partidita de parchís por las tardes y, más adelante, de chinchón (a peseta el punto, que si no, no tiene gracia). Por cierto, ahora recuerdo que el parchís se acabó porque siempre acabábamos peleados, je, je,...
En definitiva, vacaciones de descanso, tranquilidad, y buenas amistades "de sombrilla".
Al ir haciéndonos mayores aparecieron algunos, y por otra parte lógicos, problemillas generacionales. Nosotros, que queríamos salir con los amigos, mi madre, que no se dormía hasta que llegábamos, mi abuela, a la que siempre le parecía demasiado tarde,... Como soy la mayor, me tocó ir abriendo camino (es éste, como en tantos otros temas...).
Yo creo que lo que pasaba es que nos echaban de menos. Al acostarnos tarde casi ni aparecíamos por la playa por las mañanas, cuando ellos bajaban,... y eso que mi padre, en su afán de compartir las vacaciones con su familia, a veces nos levantaba a regañadientes y nos decía ¡ala! ¡a la playa con nosotros!
Por aquel entonces yo salía en pandilla. Eran los tiempos de los coches de choque (al final de lo que hoy es la Avenida del Mar) y el cine Alameda (hoy ni existe ya). Luego pasamos a irnos al espigón del Faro, con las guitarras a cuestas y nuestro repertorio de canciones de campamento (algunas bastante picaronas), previo paso por la Valenciana, eso que no falte, para comprarnos el heladito de todos los días.
Luego vinieron otras amistades, las moragas en la playa hasta el amanecer, las discotecas de moda, los italianos..., el Frank´s Corner, el Puerto Deportivo y los carnets de conducir (y con ellos las escapadas a Banús). !Qué tiempos aquellos!
Pero como los años pasan ¡ay! vaya si pasan, llegó un momento en que en algunos de estos sitios nos empezamos a sentir fuera de lugar. Y pasamos a las cenas con los amigos, ya en parejas, el consabido heladito y las largas sobremesas tomando una copa en alguna terraza tranquila.
Pero como los años pasan ¡ay! vaya si pasan, llegó un momento en que en algunos de estos sitios nos empezamos a sentir fuera de lugar. Y pasamos a las cenas con los amigos, ya en parejas, el consabido heladito y las largas sobremesas tomando una copa en alguna terraza tranquila.
Ahora, aunque los amigos se han ido dispersando y la familia me ha ido faltando, yo sigo fiel a mis veranos en Marbella.
Si no pudiera vivir en Sevilla, lo tendría claro, yo quiero vivir en Marbella. Porque me encanta y porque muchos de los mejores recuerdos de mi vida están ligados a ella.
Y por supuesto, cuando vamos, que no nos falte un heladito en la Valenciana.
Y por supuesto, cuando vamos, que no nos falte un heladito en la Valenciana.
P.D. Nos vamos una semanita, a disfrutar, como siempre. ¡ Hasta mi vuelta !
8 Comments:
Esos recuerdos siempre dejan huella, está muy bien seguir manteniendo esos vínculos con los sitios que son importantes para nosotros.
Pasa muy buenas vacaciones!!!!
Un beso
Hola guapa
Yo también tengo un pueblo de vacaciones (en Portugal), que siempre visitábamos en verano.
Y de mayor lo sigo haciendo, aunque este año por la dichosa crisis, no puedo ir.
Te espero a la vuelta.
Pasarlo bien.
Así que unos diitas en Marbella. Bueno pues a disfrutarlos. Besitos guapo
¡Qué bonitos recuerdos familiares y veraniegos, Leticia!
Está bien mantener algunas de esas buenas costumbres (como el heladito), aunque otras, con el tiempo, se vayan modificando.
¡Que disfrutes de la playa y de tus vacaciones en Marbella!
Un beso.
Esos veranitos suenan muy bien...Y ahora a disfrutar...diferente que antes pero a disfrutar...jajaa
Besoootes
Que disfrutes de las vacaciones, ya nos contarás a la vuelta!
Un besote
Marbella es muy bonita, pasatelo muy bien disfruta mucho y a la vuelta nos cuentas y cuelga fotos.
Feliz semana vacacional!!!!
Besitos.
Cuando vuelvas a casa no te olvides pasar por mi espacio, hay un regalito para tí.
Besitos guapa
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