Esta semana es la Romería del Rocío. Yo la viví durante varios años con unos amigos de Moguer y me emociono todavía al recordarlo. De hecho, sin ser "rociera", me quedó algo por dentro por lo que cada cierto tiempo voy a ver a la Virgen a la Aldea. Supongo que Ella me rozó el Alma.
Ahora vivo en el Aljarafe sevillano. Esta semana casi ni puedo salir de casa para evitar los tremendos atascos que montan las Hermandades a su paso. Mis vecinos incluso llegan a pedir días libres en el trabajo, no para ir al Rocío, sino porque les resulta harto complicado llegar a tiempo a sus trabajos en Sevilla. Las lindes de los caminos quedan hechas un estercolero (¿cuando aprenderemos a divertirnos sin perder el civismo?)...
Situaciones como éstas, en la vida cotidiana, me pondrían hecha una furia. Sin embargo, cuando hoy veo pasar las carriolas por mi puerta, lo único que siento es un deseo loco de irme detrás. Ella los está esperando.
5 Comments:
No me extraña Leticia. A mi también me darían ganas de salir corriendo detrás!!.
Un beso y buen fin de semana!!
ah!! con tu permiso te enlazo.
Por supuesto. Buen finde a ti también.
Nunca he estado en el rocío, me gustaria ir, tiene que ser precioso hacer el camino.
Yo tambien me he enlazado.
Un beso.
Hola, Leticia, vengo desde el blog de tu sobrina Isa, por donde suelo pasar de vez en cuando.
Por aquí también hay una hermandad y mucha gente que va todos los años al Rocío. Yo no he ido nunca, pero me gusta verlos cuando inician el camino y el ambiente cuando embarcan en Sanlúcar.
Me hizo gracia el nombre que le has puesto al blog (y la explicación). He leido varias de tus entradas y me han gustado, así que, con tu permiso, te añado a mis enlaces para volver otro día.
Ánimo y suerte. Saludos.
Gracias a todas.
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